domingo, 10 de octubre de 2010

Nuevamente con Vds., estimada gente...

decidido a publicar una nueva pieza de narrativa breve incluida en el libro del que les hablé.
Recuerdo que una persona de mi conocimiento, también del de los lectores de este blog, dado que se trata de Alejandro Fanegas, cuyo segundo nombre es Lautaro, se caracteriza por enunciar la siguiente frase:
"Cuando de dioses se trata-o de trato con ellos-nunca sabemos si al encender una vela no nos convertiremos en una tea humana..."
Si tiene algo que ver con el siguiente cuento breve, decídanlo Vds.; agrego, por otra parte, que sospecho que Fanegas sabe de lo que habla.



                                       EL DIOS EQUIVOCADO

No se trataba de pedir, sino de agradecer.
Íntimamente, el individuo que nos concierne, de idiosincrasia pagana-por lo tanto politeísta-poco inclinado a la unción religiosa en general, pero respetuoso-o temeroso-de lo que Lugones denominaba "las fuerzas extrañas", consideraba que debía proceder en acción de gracias.
Cuando parecía que una condena patológica a muerte cruzaba su destino, los sofisticados estudios médicos establecieron que no era así.
¡Evohé!...¡Evohé!...
pero el sabía que no bastaba con la mera enunciación verbal.
¿Que acción debía ejecutar para que ellos supieran que reconocía la divina circunstancia favorable?...
¿Cuántos dioses hubo en la historia humana?...
¿Un millón?..., ¿Más?...¿Menos?...
Decide sacrificar una paloma en holocausto de un dios de los dogones de Malí, pueblo que lo fascinaba por sus inconcebibles conocimientos sobre la estrella Sirio.
No vamos a explayarnos sobre lo que significó para él matar al volátil con sus propias manos.
Hasta ese momento, pisar una cucaracha le producía malestar.


Algo falló.
Como vivía solo y era un solitario, el portero avisó a la policía unos días después de su deceso, alarmado por el olor que provenía de su departamento. El hecho se consideró muerte dudosa y se realizó autopsia de los restos, la que mas allá de confirmar el paro cardiorespiratorio, dejó establecido que se trató de un episodio de muerte súbita.
De todos modos, por presión de un primo con quién compartió su niñez, se inició una investigación.
Su pareja muy informal y esporádica (femenina,de mediana edad), al ser interrogada, comentó que el finado le había transmitido su inquietud por un mail en español enviado presuntamente desde Bamako-Malí, recibido en su correo unos días antes de su muerte; incluso, le envió copia a ella.


Decía:
"Te equivocaste, elegiste para agradecer el dios equivocado.
Sos boleta..., aunque tus intenciones eran buenas..."
Se determinó que fue enviado desde el único cyber existente en Bamako, capital de la República de Malí, en África. También, dadas las características del léxico empleado, se investigó la presencia de argentinos en ese lugar, coincidente con la fecha del envío.
 El resultado fue negativo; hasta el embajador itinerante se hallaba lejos.
 La investigación se interrumpió y el primo se desvinculó del asunto. Judicialmente, el mismo quedó archivado, con proyección al olvido que siempre coliga con la eternidad, concepto afín a todos los dioses, sin excepción.

                                                    FIN

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