lunes, 28 de octubre de 2013

LOS CIELOS DE LA REVOLUCIÓN

 La mayor gloria del Mariscal Tatanevsky-Mariscal del Aire, cuando el aire era aún un novedoso campo de batalla-fue su invención del aeroportaaviones.
 En el mayor sigilo militar, en una monumental instalación industrial secreta, los dirigentes de la flamante Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, decidieron plasmar el proyecto del Mariscal Tatanevsky.
 El aeroportaaviones consistía en un enorme dirigible de estructura rígida, provisto de una cubierta metálica en su parte superior, desde donde podrían decolar y aproar una docena de biplanos artillados de pequeño porte, en los que se destacaba su liviandad.
 Estas aeronaves llevaban dos tripulantes, piloto y ametralladorista de popa, quienes realizaban actividad ofensiva y defensiva contra el enemigo, sin pistas en tierra y con la ventaja de operar inicialmente desde altura.
 En lo que atenía a las maniobras de salida y arribo, se realizarían rodando un corto trecho, facilitadas por un sistema hidráulico de catapulta y enganche. Habida cuenta de que los escasos portaaviones existentes, consistían en enormes estructuras flotantes que requerían un cuantioso número de hombres para su operatividad, el aeroportaaviones, con su reducida dotación y menores costos operativos, destacaba sus beneficios.
 A su vez, los altos mandos militares de la naciente U.R.S.S., consideraron otras ventajas a favor de la creación del Mariscal Tatanevsky. Estas se referían al ahorro de combustible de la fuerza de ataque, lo que permitiría misiones más extensas en recorrido, así como otras de variada índole y magnitud.
 En lo que hacía a su protección, el aeroportaaviones contaba con ametralladoras a proa, popa, babor y estribor; a su vez, dos de los aviones portados, se destinaban, llegado el caso, a la defensa de la nave madre.
 Resultaba indudable que el Mariscal Tatanevsky, proyectó en su creación toda la experiencia acumulada durante la reciente Gran Guerra, así como aplicó adaptaciones tecnológicas de vanguardia.
 El militar de alto rango, consideraba que el aeroportaaviones sería un elemento disuasorio de primer nivel, para su empleo contra los enemigos de la nación obrera y campesina que alboraba.
 Incluso, podría utilizarse para el bombardeo de posiciones de los blancos, de recrudecer la guerra civil.
 El Mariscal, se hallaba convencido de que el futuro de la guerra se dirimiría en el aire, por lo que su concepción de una base aérea para aeroplanos, resultaba doblemente revolucionaria.
 Los aeroplanos se mantendrían siempre en el aire, así como las orcas, para ser cazadoras efectivas nunca debían abandonar el mar.
 Es que la segunda etapa de su prodigio bélico en aras del triunfo del proletariado universal, consistía en abastecer y mantener el aeroportaaviones mediante dirigibles auxiliares, que atenderían sus necesidades sin que esa aerobase voladora, requiriera aterrizar para todo lo atinente a su operatividad.
 Tatanevsky soñaba en grande, como correspondía a los grandes creadores que asistían al surgimiento de una época.
 En los planos concernientes al proyecto, la bandera roja inaugural con la hoz y el martillo, se hallaba estampada orgullosa en el timón de la gigantesca aeronave, como expresándole al mundo: somos capaces de hacer esto sin capitalistas esclavisándonos...
 A su vez, el enorme artefacto implicaba el mensaje simbólico de la conquista de los cielos bajo la conducción del gran Vladimir Illich Lenin, lo que parecía decirle a los enemigos manifiestos y soterrados: los controlamos desde arriba porque estamos sobre Vds., escoria burguesa chupasangre.


 Tatanevsky, degradado, siente que desfallece por los efectos del clima de Siberia.
 Tiene entendido que la muerte por congelamiento es piadosa; como un adormecimiento.
 Este pensamiento le genera alguna tranquilidad, mientras carcomido por los piojos y la pelagra, roe una cáscara de papa desesperado de hambre.
 Acusado por la Cheka de pérfido traidor, que quiso hacerle destinar al país recursos ingentes en la creación de un adefesio mastodóntico, que seguramente no podría ni elevarse por su peso descomunal, fue confinado en la helada región penitenciaria a los fines de purgar su sabotaje contrarrevolucionario.
 Rememora con pena el pseudo juicio sumarísimo y la pérdida del mariscalato. Infiere que la revolución perdió su rumbo antes de hallarlo, cuando cifra su defensa en la mezquindad de los servicios secretos y no en la grandeza de visión de los militares profesionales, consubstanciados con la causa, que idean estructuras superadoras de las limitaciones humanas para que la revolución sea resguardada desde los cielos.
 Se halla cansado, como imposibilitado de levantarse. Supone que cuando la guardia ordene volver a los trabajos forzados luego del "almuerzo", un tiro en la cabeza será el costo de su extenuación.
 Percibe que se cae a pedazos y que lo mismo pasará con la revolución, que no perdurará más de setenta u ochenta años, algo poco importante en términos históricos aunque puede significar la vida de un individuo.
 Los andrajosos prisioneros que lo rodean, sumidos en sus propias privaciones y ensoñaciones, se incorporan presurosos al escuchar los silbatos de los guardias, más no así quién fue el  primer mariscal del aire de la U.R.S.S.
 -¡Levántate, perro sarnoso!..., le espeta uno de los guardianes, en un ruso con acento del Asia Central.
 Tatanevsky no le responde, mientras siente que lo invade una rara beatitud, al haberse quedado con el torso desnudo mientras el viento gélido lo azota y los demás penados se dirigen hacia el horno de ladrillos.
 El guardia le destroza el cráneo a culatazos, profiriendo...
 -¡Por tu culpa, maldito contrarevolucionario, en Moscu se están quedando sin ladrillos!...
 Tatanevsky intenta sonreír, pero los 25º bajo cero convierten su sonrisa en una mueca congelada. Su cadáver, queda extendido boca arriba con los ojos desorbitados, mirando el cielo siberiano al que el atardecer, le aplica tonalidades rojizas, como sanguinolentas.


                                                                    FIN



martes, 1 de octubre de 2013

MÁS BREVEDADES

                                                            Caballero

 Siempre se consideró un caballero, a pesar de que nunca fue poseedor de un caballo, detalle que le parecía meramente anecdótico.

                                                              FIN

                                                              Profanación

 En un mismo día, fueron profanadas una sinagoga, una iglesia y una mezquita, en ese orden, precedencia que parecía remitir a la aparición histórica de tales edificios, dedicados al culto de una divinidad común.
 El culpable de aquellos actos no pudo ser identificado, pero se hallaron evidencias de que se trataba de un profanador único.

                                                                FIN

                                                                Guerra

 Durante las guerras, los soldados tienden a violar las convenciones y beber la ginebra con avidez.

                                                                  Teologal

 Sectores religiosos, suelen mencionar la existencia de un plan divino; los desfavorecidos y sufrientes lo consideran un plan espantoso.

                                                                     FIN

                                                                    140

 El mayor valor hallable en lo que estoy escribiendo, es que a pesar de tener menos de 140 caracteres, no es un tweet.

                                                                      FIN

                                                                      Terminología militar

 Los teatros de operaciones, se prestigian por la cantidad de actores abatidos.

                                                                        FIN

                                                                        Postnuclear

 En ese entorno apocalíptico, yermo y contorneado por una soledad infranqueable, aquel ciudadano de barba descuidada, sucio y andrajoso sin importarle, bebe la última Coca-Cola a sabiendas de que la radiactividad, pronto hará su efecto en él como lo hizo en los demás.
 El sabor de la gaseosa es asquerosamente tibio, pero el hombre sonríe con la satisfacción de pasar a la historia ya no registrable, como el consumidor final.

                                                                          FIN

                                                                          Moneda espuria

 Ese falsificador de moneda, sentenciado, vivenció la desdicha hallándose en prisión.
 Amargamente, comprendió que el dinero brinda una apariencia de felicidad.
 Cumplida su condena, solo se dedicó a falsificar entradas para espectáculos de nivel internacional, partidos de fútbol icónicos y otras expresiones de satisfacción colectiva.

                                                                             FIN