martes, 30 de noviembre de 2010

Que poco que falta para el presunto final del calendario maya...

Estimo que proximamente,  comenzarán a venderse una panoplia de productos y servicios, destinados a morigerar la posible inquietud que genere el mayor apocalipsis pronosticado en la era de Internet; supera al del efecto 2000 en las computadoras, al del colisionador de hadrones, al proyecto Haarp y todas las variantes conspirativas juntas.
Yo, particularmente, creo que no compraré nada vinculado a este rubro;claro, vender ya es otra cosa...
Les presento, al respecto, la siguiente pieza de narrativa breve que pertenece al libro mencionado decenas de veces.

                                                            MMXII

21 de Diciembre de 2012.
En Buenos Aires, comienza un verano anticipado en su torridez por el cambio climático.
Un calendario-réplica de los de Alpargatas-muestra una escena campestre de Molina Campos. Quien lo auspicia es RESCUE S.A.
Se haya sobre el escritorio del presidente de la compañía, imponente, como el despacho donde está ubicado.
La firma se identifica externamente, con un gigantesco letrero de acero rutilante al sol, que bordea el contorno de un rascacielos en Catalinas.
En el piso más alto, se hallan las oficinas de la razón social.
                                                                Leonardo D. Herrera
                                                                         Presidente
dice un rótulo dorado a la hoja sobre cuero repujado. Sentado tras él, en un sillón ergonómico de impactánte diseño, un individuo fornido, de baja estatura y abundante cabello cano, se interroga sobre como proceder.
La secretaria, visiblemente alterada, continúa comunicándole noticias alarmantes:
-Los sistemas están colapsados, incluso a nivel oficial. El problema es global. Recurrimos al método manual pero no damos abasto con la derivación de los clientes.
El presidente de la compañía esboza un gesto de asentimiento.
El pudo enviar a su mujer y sus tres hijos al subsuelo andino hace ya quince días.
De todos modos, no es ninguna garantía: esa es la clave pútrida de RESCUE S.A.
Hace unos años que se estableció la Reserva de Supervivencia mediante un sistema prepago muy oneroso, pero se desconoce el comportamiento del cosmos en el próximo segundo.
Si bien RESCUE S.A. solo garantiza por contrato el acceso al bioreservorio, su publicidad siempre dio a entender que esto implicaba la salvación, una previsibilidad entre esotérica y tecnológica de lo que iva a acaecer.
Realmente , no es así; el colapso de los sistemas informáticos parece el preludio de algo mayor, totalmente fuera de control.
 De todos modos, piensa que dentro de un rato no habrá organismo que evalue la publicidad engañosa ni nada...
Por otra parte, ya era hora de abandonar el barco...
Junto con su staff ejecutivo, partió del edificio desde el helipuerto ubicado en la terraza del mismo, mientras que el personal seguía atendiendo la fila de ansiosos abonados que se apiñaban en la recepción.
Nunca sabrán que los directivos se autoevacuaron.
Desde Aeroparque, el Lear Jet los llevó al Aeropuerto de El Calafate(Pcia. de Sta. Cruz) y desde allí, el helicóptero Lama adecuado para operar en la alta montaña tomó rumbo hacia el Reservorio de Supervivencia.Unas pocas personas, extremadamente importantes en la actividad política nacional, los siguieron en otro aparato, que en este caso, se identificaba como perteneciente a la Fuerza Aérea.
Cuando los instrumentos enloquecieron y hubo que aterrizar de emergencia en una helada altiplanicie, Leonardo D. Herrera, pensó que RESCUE S.A. no vendía la salvación como sugería, sino la esperanza de la salvación y por cierto que muy cara.
Un fraude que ya nadie demandaría como tal.
Ahora que el Evento Culminar resultó real, nunca más vería a los suyos, ni sabía que era lo que podía llegar a ver.
 ¡Maldito calendario maya con el fín de los tiempos al 21 de Diciembre del 2012!...
Podían haber sido más explícitos los hijos de puta, dar más precisiones sobre como iva a ocurrir,en ese caso RESCUE S.A. hubiera cagado menos gente...
 Respecto a él:
No quiso pensar en si mismo, ni en los del otro aparato, ni en su familia.
Tenía mucho frío. Se acostó a dormir sobre el suelo helado, esperando que lo que iva a suceder resultara rápido.


                                                            FIN
                                                           

lunes, 29 de noviembre de 2010

AISLAMIENTO ESPONTÁNEO




                                     

 Comenzó de la siguiente manera: se sentaba en el colectivo y aunque hubiera pasajeros de pie, el lugar disponible a su lado seguía vacío.
 Lo mismo en trenes y subtes.
 En las filas de pago del supermercado o de lo que sea: los de atrás y los de adelante establecían un espacio  prudencial.
 En el trabajo-su labor diaria de índole administrativa era rutinaria-los compañeros actuaban del mismo modo.
 Como el jugador de fútbol ante el árbitro, conservando distancia.
 Era un hombre tímido y solitario, de escaso roce social y que además vivía solo, pero nunca había generado conductas extemporáneas en los demás.
 El único amigo que tenía, alejaba la silla en el café.
 Sin explicaciones.
 Preguntó en el trabajo:
 -¿Que pasa?...
 Compañeros y jefes no respondían y adoptaban actitudes evasivas.
 En esos días, una mujer con quien mantenía una relación esporádica, definitivamente dejó de verlo aduciendo motivos inconvincentes.
 Sus padres no vivían, pero su hermano y sus primos le exponían pretextos para que no los visite.
 Fue a la cancha, a la popular: un vacío lo rodeaba entre la multitud de un clásico.
 En el cine lo circundaban butacas vacías.
 Efectuó una consulta médica.
 Todo bien, pero el facultativo ponía distancia como con un apestado de la Edad Media.
 El espejo no revelaba anomalías visibles y era evidente que no padecía halitosis ni emitía olores ofensivos.
 El cura, abroquelado en el confesionario, le dijo que ore mucho y evalue detalladamente sus pecados.  Durante la misa, el resto de los feligreses evitaba acercarse a menos de dos metros de su humanidad.
 Cuando fue a un departamento privado donde se ejercía la prostitución y no lo quisieron atender aduciendo vaguedades, consideró que la situación se había tornado insostenible.
 Por primera vez en su vida, recurrió a la psicoterapia.
 El profesional que lo atendió-a considerable distancia-le dijo que se trataba de una situación fantasmal emanada de su inconsciente, pero casi sale corriendo cuando él acortó los dos metros que separaban a ambos.
 Pensó en una conspiración...
 ¿Pero como tantos desconocidos podían ponerse de acuerdo, unificando su comportamiento ante una persona públicamente insignificante?...
 Al cumplirse dos semanas de estos sucesos, creía que estaba ingresando en la locura y hasta consideró el suicidio.
 Pero el domingo al mediodía, caminando las calles del barrio vacías de transeúntes, observó una niebla rojiza suspendida como en la nada.
 Algo se despertó en él: creyó comprender su destino.
 Penetró en ella resueltamente, sabiendo que había sido elegido para algo único, más allá de su voluntad.

 En su lugar de trabajo, nadie habló de su desaparición.
 Algunas personas que no lo conocieron y participaban de ciertos foros en Internet, intentaron ahondar en la información sobre un supuesto caso de abducción, en el extraño barrio de Parque Chas, donde vivía el individuo en la casa que recibió por sucesión familiar y que luego quedó abandonada.
 Hubo una investigación judicial por desaparición de persona, que fue realizada de oficio ante el testimonio de un vecino. Dicho individuo dijo haber presenciado un suceso que le "costaba definir" protagonizado por el desaparecido, a quien conocía de vista por vivir frente a su casa, tal como consta en actas.
 El resto de los vecinos dijeron que lo veían tan poco, que ni recordaban su cara.
 La mujer con la que tenía algún tipo de relación, no pudo ser localizada.
 Hermano, amigo y primos, dijeron tener un trato altamente espaciado con la persona en cuestión.
 El vecino testigo de algo aproximado a una volatilización-tal fue el término que figura en el expediente-padeció a los pocos días una hemorragia  subaracnoidea espontánea, en grado V; o sea, quedó en coma, descerebrado; no volvió más a su casa.


                                               FIN

martes, 23 de noviembre de 2010

Soy un convencido...

de que el mundo está lleno de trampas cazabobos; peor aún, pueden cazar incluso a quienes son inteligentes y hacen un culto de la prudencia, pero cruzaron una mirada indebida y..., pisaron el palito. Nadie está exento de esto aunque viaje en automoviles blindados, imaginense en una formación del Roca...
Presento a vuestra estimada consideración la siguiente pieza de narrativa breve; a que libro pertenece,ya lo saben de sobra.

                                  LA MIRADA AVIESA

La mirada aviesa del vendedor de estampitas era evidente.
La siguió manteniendo cuando de a ratos se daba vuelta, mientras avanzaba por el vagón traqueteante.
El observado, sentado en uno de los asientos que daban al pasillo del coche, de inmediato reparó en su error:
Le había dado veinte centavos por la estampita de un santo borroneado por el manoseo, indeterminado ya desde el diseño gráfico.
El valor discrecional de la imagen debía ser de cincuenta centavos, supuso.
La mirada aviesa del otro le resultaba insoportable.
El vendedor del artículo sin precio fijo, era un tipo treinteañero, delgado pero fibroso, vestido con bermudas y musculosa, pródigo en tatuajes quizás carcelarios.
En otra época pudo haber sido obrero de la carne, estibador, operario siderúrgico, pensó el individuo observado, vestido de saco y corbata, con un portafolios flexible sobre sus piernas.
"¿Por que mierda me mira y me siento mal?", agregó a sus pensamientos.
El vendedor cerró la puerta corrediza del vagón y se acabaron las miradas aviesas.
El individuo trajeado decidió aplicar la lógica del mercado:
"Si lo que ofrece no posee un valor establecido, la demanda-que yo represento-fija ese valor.
Claro que ese sujeto, debe tener una idea de lo que valen las partículas mierdosas que ofrece...
Estoy pensando demaciado en este tema", reflexiona.
Se promete no aceptar en el futuro esta clase de productos y guarda en la billetera la estampita adquirida.
Comienza el malestar.
Siente una opresión anímica expresada como ansiedad: debe ubicar al vendedor, darle más dinero y disculparse.
El maldito hijo de puta me jodió, piensa.
Se incorpora, recorre todo el tren, pero es posible que el otro haya bajado en Avellaneda.
La cabeza le duele con punzadas cortas e inquietantes.
Desciende en la estación Yrigoyen, o sea, Barracas.
"¿Que me hizo?, cavila.
Rompe la estampita en varios pedazos que arroja a las vías.
Nunca padeció semejante dolor de cabeza.
Llegará tarde al trabajo.
Se sienta en un banco del andén, como embargado por un sentimiento de extravío. Suena el celular y no lo atiende.
Un tren traccionado que se dirige a La Plata, aminora la velocidad delante de él, pero sin detenerse.
Lo ve.
El tipo viaja colgado en los estribos de un vagón.
La mirada aviesa lo impacta como la energía de un rayo.
Corre, intenta subir, resbala y cae a las vías.
La formación que lo despedazó, frena su marcha a más de cien metros del cuerpo sin vida.
El vendedor de estampitas, sonríe veladamente tras sus dientes desparejos, viendo un portafolios despanzurrado, de donde asoma un libro de autoayuda entre folios diversos.
En Constitución, los altoparlantes anuncian la suspensión de los servicios por accidente en la estación Yrigoyen. Las puteadas de los presentes se convierten en masivas.

                                       FIN

viernes, 19 de noviembre de 2010

Haití...,ahora el cólera.¿Por qué los jinetes del apocalipsis siempre galopan...

sobre su superficie?...
Finalizando mis diez y siete años, yo trabajaba en el archivo de Primera Plana. Por razones vinculadas a otra publicación, entrevisté-junto a otro joven-al embajador de Haití en la Argentina. Recuerdo que el distinguido diplomático me aseveró sin dejar ningún margen de duda, que el vudú no existía, lo mismo que los Tontón Macoutes,la paranoica, paramilitar y paravudú milicia de Francois Duvalier, Barón Samedi de dicho culto; por cierto, alojado en el riñón de la nación que alguna vez, ocupó íntegramente el territorio de la isla que hoy comparte.
De todos modos, a esta altura de la entrevista, yo me hallaba cautivado por su hija, presente en la diminuta oficina de la embajada, lo que me facilitaba oler su perfume -tan carnal, si se quiere-apreciar de cerca ese cuerpo magnifico y los ojos claros que contrastaban con la piel tersa y oscura.
Oscura como el origen de cierta cicatriz, sin duda de índole ritual, que exhibía sobre la parte inferior de su antebrazo izquierdo.
En fin, todo pasa, pasó la entrevista, pasó Primera Plana, pasó Papá Doc y sus incontables cadáveres, pasó mi primera juventud y también habrá pasado la lozanía de ella o ella misma.Ah..., también pasó por Haití un ex-ministro de Alfonsín en misión para Naciones Unidas.
Agrego, que si bien es cierto que todo pasa, el pasado-hasta el más remoto-parece en ocasiones entrar en actividad como los volcanes o las placas tectónicas, de modo convulso y revulsivo.
Sras. y Sres., la siguiente pieza de narrativa breve corresponde al libro mencionado en entradas anteriores.


                            EL ÚLTIMO TONTÓN MACOUTE

-¿Qué hacemos con él?...
-Hasta ahora el tema es policial, el embajador no quiso involucrarse y en Cancillería nos dijeron que le bajemos el nivel al asunto, no nos olvidemos que hay tropas argentinas en Haití.
-Pero la concha de su madre...
¿Quien carajo se acuerda del ex-Ministro de Relaciones Exteriores de Alfonsín y justo vienen a atentar contra él en Lanús?...
Ni siquiera podemos vender el tema a Policías en Acción porque carece de la necesaria dosis de sordidez.
El Tte. Rumeri es el sumariante del caso.
Enciende un cigarrillo tras otro con mano trémula, a pesar de tratarse de un individuo joven.
-Estuvo el Jefe Distrital hablándo con el Capitán...
Me dijeron que debo ...diluir el tema hasta que se evapore...
Hizo el ademán gestual de las comillas.
-O sea, nada a los medios.
Quien lo escuchaba, Tte.1ro Fernández Britos, habló con voz calma.
-Sin problemas, te comunicás con la UFI de turno de Lomas de Zamora y que ellos caratulen el sumario.
De última, este tipo solamente le arrojó ceniza al ex-Canciller cuando efectuaba una visita privada a un domicilio de la zona.
Más que atentado parecería otra cosa......
-Por otra parte, dijo el Tte. Rumeri, el sujeto antes hizo un dibujo con ceniza en la vereda donde se hallaba.
El Embajador, cuando lo vio pareció alterarse, alcanzó a decir antes de retirarse que solo debe ser borrado por la lluvia o por un bocor, esa fue la palabra.
-¿Qué es un bocor?..., preguntó Fernández Britos.
-El enlace de Gendarmería que habla creóle, el dialecto de uso corriente en Haití, dijo que es un sacerdote maligno del vudú.
El Tte. 1ro. enpalideció.
No le gustaba esa palabra que trascendía las fronteras de Haití.
-De todos modos, cuando se interrogó al detenido, el intérprete se mostró inconsistente aduciendo no comprender con exactitud, la mezcla de francés y creóle que hablaba el autor del hecho. Yo lo escuché mencionar varias veces a Francois Duvalier y al ex-ministro con nombre y apellido.
Hasta que vino la instructora de la UFI de Lomas preservamos el escenario.Policía Científica tomó muestras de la sustancia que rápidamente se descartó como ántrax, pero después la vecina frentista a la que le ensuciaron la vereda barrió el resto.
-¿Ni lluvia ni bocor?...
Rumeri no contestó.
Sintió una inquietud imprecisa que también le pareció percibir en el otro.
-¿Y que dice el ex-funcionario?...
-Que estuvo en Haití durante los ·90 por mandato de la ONU y Francois Duvalier murió mucho antes, pero no entendía como el haitiano pudo conocer su itinerario, decidido con una anterioridad de media hora y no comentado. A su vez, mencionó que por aquellos días fue maldecido públicamente por sacerdotes del vudú debido a la actividad que ejercía, pero considera que se trata de supercherías que deben pasarse por alto.
Un agente apareció apurado en el despacho del Tte.
-Perdón Tte., el detenido haitiano está con convulsiones...
Los dos oficiales corrieron al sector de los calabozos.
Durante el rápido trayecto, Rumeri le habló a su superior inmediato.
-El tipo entró por Ezeiza con pasaporte en regla, confirmado por Migraciones, vía Panamá en un vuelo de Copa Airlines.
-Yo la única copa que conozco es la que ganamos los granates en el 2007...
Rumeri pensó...
"Este boludo no toma nada en serio y yo soy demasiado dependiente de él"...
En el calabozo individual, un masculino de color de unos sesenta años, se retorcía en el suelo vestido con traje oscuro y camisa blanca.
-¡Médico!...¡Médico!..
Gritaron los policías.
El Tte.1ro. Rumeri se dio cuenta de que ya era tarde.
El sujeto llevaba colocados anteojos para sol tipo clippers, que despedían raros destellos en la lóbrega iluminación del ambiente.
Musito en un estertor lo que Rumeri entendió como:
"Honour par Francois Duvalier et Tontón Macoutes"..., antes de quedar inmóvil.
"Está muerto", pensó Rumeri.
Le repugnó ver un raro diseño esculpido sobre el piso de la celda, hecho con ceniza o quizás materia fecal.
Se percibía en él la palabra Dante y un perfil muy satirizado hace veintitantos años. El Tte. sabía que lo de Dante no era por el de la Divina Comedia.
"¿De donde extrajo el veneno para matarse, si fue revisado escrupulosamente cuando le sacaron el cinturón y los cordones de los zapatos?"..., pensó; por otra parte, si su misión era suicida...¿Justificaba una agresión que parecía benigna?... o esto era aparente y la víctima sería lesionada de un modo que superaba la común comprensión.
Observó fijamente lo que se hallaba sobre el piso.
No eran cenizas, era mierda modelada configurándo una expresión atroz.
Solo atinó a preguntarle al Tte. 1ro.
-¿Y ahora, Marcelo?...
Fernández Britos no podía contestar, debido al vómito que se insinuaba próximo a su garganta. Cuando lo hizo, dijo antes de taparse boca y nariz con un pañuelo.
-¿Cómo pudo producir tanta mierda él solo?...
Rumeri pensó que además, el olor no se correspondía con el del excremento humano; incluso, llegó a pensar si Duvalier lo fue enteramente...

                                         FIN

martes, 16 de noviembre de 2010

Si un individuo...

netamente involucrado,dedicado por entero al mal, carece de la presencia de todo ser vivo no microscópico donde ejercer la práctica de tal atributo...¿Que le queda?...
Estimada gente, les presento:


                                      UN CACHO DE SOL...

Algo difícil, por cierto, de vislumbrar en la celda de castigo.
El hombre sabía que ese era su ámbito.
El confinamiento en solitario era mas que una condena, un destino.
Se sabía un apéndice del mal.
Dicho de otro modo: odiaba al género humano, odiaba toda forma de vida, odiaba la vida y se odiaba a si mismo.
Interpretaba claramente que su opción por el mal fue voluntaria, allende las circunstancias que muchas veces pueden ser modificables.
Se consideraba culto. Al menos, dado que su conducta nunca le permitió ser bibliotecario, accedió siempre que pudo a las bibliotecas carcelarias.
Conocía el cuento de Macedonio Fernández en el que un humano, torturaba a una humilde plantita sometiéndola a estrés hídrico.
Con los años y las lecturas, se enteró que era un procedimiento empleado por algunos enólogos con las vides, para retardar la cosecha y lograr mayor grado Baumé, o sea, uvas que naturalmente den un vino más dulce.
Su problema era que en esa maldita celda, no había nadie a quien hacer sufrir.
Ni un maldito bicho.
Por otra parte, se hallaba restringido en sus movimientos como para hacerse daño a si mismo.
Dejarse morir de hambre le parecía indigno: debía vivir para que el mal siguiera esparciéndose.
Este era el primer deber del adepto: sobrevivir y extender su fe.
¿Como desarrollar el mal en estas condiciones?...
Atacar a un guardia era imposible.


Descubrió un mínimo rayo de sol en la lobreguez de la celda.
Día a día, parecía crecer un centímetro.
Ya podía generar una mínima sombra sobre él.
Con la manta, lo fue cubriendo deliberadamente hasta reducirlo a su expresión mas escueta.
Disfrutaba privando a su carne de esa ranura luminosa de unos cuatro centímetros de longitud.
Solo dejaba que menos de un centímetro de su cuerpo sea contactado por el sol.
-Maldito...dijo en voz tan alta como se lo permitía su mascara-mordaza tipo Hannibal.
De haberse podido ver su boca acostumbrada al fruncimiento, se percibiría un atisbo de sonrisa.


                                         FIN

lunes, 15 de noviembre de 2010

Cuantas veces...

nos alejamos de los locos que vemos por la calle...
Esta pieza de narrativa breve pertenece, al igual que las anteriores, al libro que le da título al blog.


                                          PASÓ A SU LADO

 El individuo lo vio venir desde la puerta de su casa.
 La ropa deteriorada, el cabello sucio y desgreñado, el hedor de días sin higiene.
 Arrastraba un envoltorio pesado e informe: un embalaje impreciso y de considerable peso..., eso era evidente.
 La tarea de arrastrarlo por las veredas de Villa Luro, parecía enorme.
 Cuando pasó a su lado, lo miró y dijo algo en un idioma decididamente indescifrable.
 El individuo no le contestó ni siquiera un ...¿Perdón?..., aunque algo le decía que el desarrapado, quizás padecía una sed acuciante y que solo pedía un vaso de agua.
 Pensó que era un demente.
 Le llamó la atención la frente sangrante y la rara vincha que llevaba puesta.
 Entró a su casa para afeitarse y cambiarse para ir a buscar a sus nietitas al colegio. Como jubilado, sus actividades eran acotadas.


 Durante el resto del día, pensó varias veces en el loco.
 El no era un individuo religioso, pero la imagen del demente doblando la esquina le provocaba sentimientos de esa índole.
 Intentó invalidar tal pensamiento: esas cosas no podían pasarle a él...
 -Viejo, está la comida.
 Su mujer había preparado un pollo al horno con papas para la cena, que prometía las delicias que el hombre más apreciaba en este período de su larga vida conyugal.
 Esbozó una sonrisa mientras descorchaba el  Carcassone:
 El loco podía seguir con su pesada carga...
 Pero al final de la cena, el loco y el enorme peso que arrastraba, aún era una imagen que intentaba erradicar de su memoria.
 No lo lograba.
 Lamentaba profundamente haberlo ignorado, cuando estuvo cerca suyo.
 Tuvo miedo de dormirse y pasó la noche en vela.
 Se sentía perdido: lo aterraba pensar que el sueño, implicara el inicio de una condena eterna.

                                                FIN

miércoles, 10 de noviembre de 2010

.Hay crimenes que por sus características...

dejaron impronta en la mitología urbana porteña. Hubo uno, en la segunda década del siglo pasado, del que conozco aspectos no públicos absolutamente inéditos, aunque el tiempo ya haya devastado la memoria del hecho, la faz de sus protagonistas, las oscuras razones o sinrazones que lo desencadenaron.
 Justamente, por la pérdida de toda vigencia periodística del asunto, por la carencia de significación histórica de quienes intervinieron en el mismo-voluntaria e involuntariamente-la literatura se adentra en el rescate de un suceso ya velado por el olvido, que es hacia donde concurren las pasiones fenecidas.
 Al hablar de literatura,en este caso, hablo de narrativa breve.
 Con Vds.:


                                          28 DE DICIEMBRE

 -La inocencia no me vale...
 Le dijo Augusto Conrado Schneider a su socio, cuando aún se conservaba el recuerdo del Centenario y el calor era insoportable en la Ciudad de Buenos Aires, para los varones de cuello duro y plastrón.
 Las risas de su socio, ante la broma pesada que hizo reaccionar al burlado, se desbordaron como una cisterna inundada.
 Augusto, hombre de bajo perfil, timorato y algo enclenque, intentó pegarle.
 El otro lo esquivó burlón:
 -Así que te retobás, mamerto..., las risas acompañaron la retirada de Augusto.
 Nunca se sabrá porqué ese atisbo de bravura trunca de Augusto Conrado Schneider, no tuvo consecuencias sobre su humanidad, mientras otro más elaborado e inteligente culminó en un asesinato y descuatizamiento.
 Aquello sucedió el día de los inocentes del siguiente año. La víctima de la chanza fue Miguel Ernst, el socio de Augusto Conrado.
 Quizás el alemán Ernst no soportó la posibilidad de una modificación del carácter dócil del otro, que pasó ese 28 de Diciembre de inocente estúpido, digamos, a bromista pesado.
 Los temas que afectaban el pundonor eran muy serios en esos tiempos.
 El registro oficial, indica que los restos descuartizados de Augusto Conrado fueron arrojados a los lagos de  Palermo; incluso, dieron origen a una cancioncilla popular pre-era mediática.
 Acercándonos a cien años de ocurrido el suceso, yo les digo que lo que la policía extrajo de los lagos no era lo que dijeron hallar.
 Augusto Conrado Schneider, nunca tuvo el coraje de enfrentarse a su socio para hacerlo víctima de una broma feroz; cuando se quiso vengar de lo del año anterior, contrató a un doble fisonómico que desconcertó al habitualmente beodo Miguel Ernst, convirtiéndolo -ataque de furia mediante-en el asesino y descuartizador de quien creyó era su socio.
 Esta situación-se lo había dado por muerto-fue aprovechada por el supuesto occiso para rehacer su vida en Brasil, hastiado de un Buenos Aires que hasta ese momento, solo le había deparado indignidades.
 En la lejana Bahía, consiguió adoptar otra identidad, desarrollando otro trabajo y otros esparcimientos, así como disfrutar las atenciones de una criada negra con quien tuvo tres hijos, a los que si bien no reconoció, nunca dejo de encargarse de su manutención.
¿Como lo sé?...Me guardo la respuesta, aunque podría ser...
¡Que la inocencia les valga!...


                                         FIN

lunes, 8 de noviembre de 2010

Creo que hace tiempo...

que los medios no se ocupan de cadáveres sin manos.
Presento a vuestra consideración, amables congéneres, la siguiente pieza , denominada :


                                          SE LES FUE LA MANO

-¿No intentaron robarle?...
-Nada.
Por otra parte, el tipo era un indigente que cartoneaba lo que podía.
Los dos individuos son policías. Se hallan vestidos de civil en el despacho del comisario en una sede de la repartición (P.F.A.).
-Murió desangrado a pocos metros del Riachuelo, de nuestro lado.
Dijo el que había hablado primero.
-A un anciano dipsómano que vivía en la calle, estando en completo estado de ebriedad tal como indica el informe forense, le cortan las manos con certeros machetazos y se las llevan...
Contesta el que había hablado en segundo término.
El otro viste un traje azul obscuro combinado con una corbata a rayas que denota discreción; posee razgos duros, recios.
Pregunta:
-¿Que le recuerda esto de robar manos?
-Pavadas...
Es la respuesta.
-Esto no tiene nada que ver.
Dice completando su apreciación del asunto.


El sitio donde se hallan los dos autos estacionados es boscoso y solitario.
Uno de los vehículos es un viejo Fiat Duna color celeste y el otro un rutilante BMW de los que hay pocos en Buenos Aires; el contraste entre ambos era llamativo.
Dos hombres jóvenes de aspecto torvo, que se expresan con un lenguaje de connotaciones carcelarias, retiran del Duna una caja de zapatos.
El mayor de los dos-de unos treinta años-se la presenta a un sujeto de elegante sobretodo negro que usa anteojos oscuros Ray-Ban modelo clippers.
Su mediana edad se traduce en una imagen atlética y modales de mando.
-Aquí está lo que le manda Aguirre. Echele un vistazo y nos da la guita y la merca.
Le dice el del Duna.
-Nosotro nos encargamo de que llegue adentro de Sierra Chica lo que tiene que llegar.
Agrega.
Al volante del BMW de vidrios polarizados, un hombre robusto que evidencia ser chofer y custodio, demuestra hallarse alerta con la ventanilla de su lado baja.
Del baúl del lujoso auto, el del sobretodo extrae un bolso de cuero de carpincho que le entrega a los del Duna, quienes lo abren para constatar el contenido: euros de máxima denominación y cocaína envuelta en polietileno.
El más joven saca una porción de la sustancia rasgando el envoltorio con una navaja y luego cerrando la abertura con cinta adhesiva.
Hace un canuto con un billete de un dólar y aspira cuatro líneas que estableció sobre el capot del Duna.
-Merca de primera, maestro...
Aguirre va a ponerse contento.
El bolso con los euros es guardado en el baúl del Duna -en un falso tanque de GNC-y la droga en un compartimento disimulado bajo los asientos, mientras el del BMW abre la caja de zapatos y la cierra.
-Esta bien,les dice, ya nos contactaremos con Aguirre a través de su abogado. Saludos.
-Serán dados,maestro...
El Duna arranca primero y toma por un sendero estrecho.
Recorridos cien metros, el que conduce le dice al otro:
-Viste, son todos giles, al taxidermista lo apretamos con violarle a la hija y las embalsamó como nos dijo Aguirre y estos que se las saben todas se comieron que era lo que buscaban...
Ahora rajamo al Paraguay por un paso no habilitado y ni los monos de Aguirre nos encuentran.
Nos quedamo con todo, pibe...
La explosión se produjo de inmediato convirtiendo al Duna en una pira ardiente.
El mas joven de sus ocupantes, no llegó a emplear la navaja con la que se hallaba presto a degollar a su socio.
A doscientos metros del siniestro, el del sobretodo le dice al chofer mientras arroja la caja de zapatos por la ventanilla:
-Apenas las vi supe que eran falsas. De todos modos, esos dos igual hubieran tenido este final.
-¿Y los euros y la merca?..., contesta el chofer.
-Los euros eran truchos y no muy buenos y la cocaína de máxima pureza solo estaba arriba, el resto era poco más que talco y cubría el explosivo y su detonador. Lo activé con la señal del celular que tengo en la mano.
Lo mas caro era el bolso de carpincho, pero yo solo utilizo productos de máxima calidad aunque terminen destruidos.
El BMW se pone en marcha y toma por otro sendero estrecho.
-¿Lo cagó Aguirre, jefe?...pregunta el que está al volante.
-No creo.
Fueron estos idiotas tumberos de cuarta que quisieron joder a todos.
-¿Y ahora?...
-Hay que renegociar.
Existir, existen...y las necesitamos.


                                             FIN
     

jueves, 4 de noviembre de 2010

Alguien dijo-creo que era el actual depositario del Anillo del Pescador-que...

el mayor éxito del diablo es hacernos creer que no existe.
¿Será así?...
Por las dudas, elijan bien a sus amigos...


                                                      EN EL TREN

En un tren eléctrico del Roca.
11:00 hs. de un día hábil.
El individuo que señala a otro pasajero parece ingresar a un paroxismo místico:
-"¡Demonio!...te reconozco.
Es tú olor y tú espectro cromático.
Yo lo detecto.
El mal viaja entre nosotros.
Te identifico sin miedo.
Maldito.
Ángel caído irredimible.
El abominable está en el vagón..."
Los demás pasajeros, que generalmente ignoran las manifestaciones extemporáneas, miran al individuo señalado con aprehensión: un hombre como cualquier otro, vestido con un camperón holgado.
Hace mucho frío.
El crudo invierno del 2007.
Su acusador parece un sujeto irrelevante, pero su tono de voz congestionado genera estrépito.
El vendedor de cd·s truchos baja el volumen de su equipo. Se lo ve próximo a intervenir cuando el acusador abofetea al mencionado como diabólico, mas no lo hace.
El agredido no responde, solo se cubre ante los golpes, pero sus puños se hayan crispados.
Alguien llama al 911 desde su celular.
En la Estación Gerli, la policía lo detiene mientras se revuelve como un poseso lanzando espumarajos por la boca.
Uno de los agentes solicita asistencia psiquiatrica mediante el handy.
La gente está pendiente de la espectacular resistencia del sujeto acusador, cuando alcanzo a divisar que el otro se escabulle rápidamente de la estación.
Pude ver una cola puntiaguda, carnal, inquietante, asomando fuera del camperón, mientras el individuo intentaba sustraerla a las miradas indiscretas.
Torpe.
Me desajusté con satisfacción mi viejo gamulán sabiendo que a mí nunca me ocurriría algo así.
Por las dudas, me palpé a la altura del cóxis y corroboré que lo que no debía ser visto se hallaba en su lugar.


                                               FIN

martes, 2 de noviembre de 2010

Hombres y dioses...

Desde el albor de los tiempos tuvieron  una relación ambivalente, cargada de suspicacias, aprovechada por los estamentos sacerdotales para regular el conflicto entre las debilidades humanas y el furor divino, pero, cuando la mirada desnuda del dios atraviesa al fiel, todo se torna mas grave...
Les presento una pieza de narrativa breve vinculada a una divinidad infanticida, el dios de la proverbial enemiga de Roma, Cartago, actual Túnez.


                                                  MOLOCH

Cartago triunfa.
Canaas fué la tumba de miles de soldados romanos:
"¡Larga vida a Anibal y a la estirpe de los Barca!"
El mercader Adelmo conoce el motivo del auge:
El insaciable Moloch, se muestra benevolente por las permanentes ofrendas recibidas y auspicia a los descendientes de los fenicios con una pródiga bienaventuranza.
Cuando este dios terrible le exige a su pueblo sus mejores hijos, los de los sectores dirigentes, es por que dispensará bienes para todos.
Recaerá el sacrificio sobre los más favorecidos, como modo de equilibrar las discordancias del azar sobre el común de la población.
Los pudientes y los bellos, aportaran la dosis de sacrificio que balanceará la falta de oportunidades de los pobres y los menos agraciados; los que el destino consagró como infames, los que degustan la vida en estado pútrido y sólo se nutren de sus impurezas.
Los que fueron abandonados por los dioses o estos ni siquiera repararon en sus miserables existencias.
El hijo mayor del mercader Adelmo, su preferido, fue designado para el sacrificio por los emisarios del templo.
Adelmo lo sustituyó por el hijo de una esclava circasiana, que quizás también era hijo suyo.
En la confusión del momento previo, a ser arrojados a las fauces ígneas de la efigie de bronce del dios, los niños ya estaban narcotizados con beleño.
El reemplazo resultó eficaz.
Antes, la madre de la criatura, confinada en el gineceo, le besó los pies entre llantos suplicándole piedad.
Pero lo único perturbador para Adelmo fue la mirada del sacerdote.
Incluso, le pareció que el ídolo de la boca llameante escrutaba sus ojos.
Por eso, al cruzarse en otro momento con el servidor del dios en el mercado cercano al puerto, sintió un estremecimiento.
Pensó que su acto podía sumir a Cartago en la desgracia.
El dios sabía de su reemplazo espurio...
De todos modos, no entregaría a su hijo mayor a las llamas; lo amaba demasiado.
Ingresó al templo y ante el desconcierto de adoradores y oficiantes, se arrojó a las fauces ardientes de Baal Moloch, encendidas como una monstruosa antorcha votiva.
El segundo sacerdote le dijo a su superior:
-¡El mercader Adelmo se arrojó a las llamas del dios!...
Este le contestó:
-Había cometido fraude divino por sustitución de ofrenda. El dios vomitará esa carne no consagrada, de baja calidad...
Debemos buscar a su primogénito.

                                              FIN













               

lunes, 1 de noviembre de 2010

Fue un choque de invictos...

Se registró al inicio del domingo próximo pasado, en Velez, donde el argentino Diego Chavez le quitó esa condición al colombiano José Mosquera, por K.O.T. en el primer round.
Primero fue un tremendo golpe a la sien y cae el colombiano. Cuenta...y nuevamente al combate, con envíos que parecen potentes pero no llegan a destino, mientras el local lo impacta en la mandíbula y le provoca otra caída.
Cuenta y ...¡Arriba!..., hasta que antes de finalizar el round inicial, un golpe a la zona hepática del colombiano genera la 3ra. caída y el consiguiente K.O.T. por intervención del arbitro que detiene la pelea.
A Diego Chavez lo llaman La Joya, sin duda, su derecha es una alhaja, pero revestida de hierro.
¿Que tendrá que ver esta breve crónica de un breve encuentro de pugilismo con la narrativa breve?...
Lo ignoro, pero no puedo menos que mencionar el dramatismo hasta solemne, que posee un combate boxístico; por algo, nació como deporte olímpico en la Grecia clásica y entiendo que es el único deporte que duele, lo que lo emparenta con la tragedia, otra de las expresiones trascendentes de esta civilización.
Por supuesto, hablo de encuentros pugilísticos de determinado nivel; hay otros que se asemejan a comedias fallidas donde nadie se ríe, como cuando un ídolo de Córdoba se tiró antes que un gigante de Europa del Este le descargara su puño en el rostro. Puede que en ese momento el que se riera fuera el boxeador caído, dado que embolsó u$s 60.000-. Si se quiere, esto también puede resultar dramático.
Bueno, estimados/as, será hasta la próxima entrada.