lunes, 1 de noviembre de 2010

Fue un choque de invictos...

Se registró al inicio del domingo próximo pasado, en Velez, donde el argentino Diego Chavez le quitó esa condición al colombiano José Mosquera, por K.O.T. en el primer round.
Primero fue un tremendo golpe a la sien y cae el colombiano. Cuenta...y nuevamente al combate, con envíos que parecen potentes pero no llegan a destino, mientras el local lo impacta en la mandíbula y le provoca otra caída.
Cuenta y ...¡Arriba!..., hasta que antes de finalizar el round inicial, un golpe a la zona hepática del colombiano genera la 3ra. caída y el consiguiente K.O.T. por intervención del arbitro que detiene la pelea.
A Diego Chavez lo llaman La Joya, sin duda, su derecha es una alhaja, pero revestida de hierro.
¿Que tendrá que ver esta breve crónica de un breve encuentro de pugilismo con la narrativa breve?...
Lo ignoro, pero no puedo menos que mencionar el dramatismo hasta solemne, que posee un combate boxístico; por algo, nació como deporte olímpico en la Grecia clásica y entiendo que es el único deporte que duele, lo que lo emparenta con la tragedia, otra de las expresiones trascendentes de esta civilización.
Por supuesto, hablo de encuentros pugilísticos de determinado nivel; hay otros que se asemejan a comedias fallidas donde nadie se ríe, como cuando un ídolo de Córdoba se tiró antes que un gigante de Europa del Este le descargara su puño en el rostro. Puede que en ese momento el que se riera fuera el boxeador caído, dado que embolsó u$s 60.000-. Si se quiere, esto también puede resultar dramático.
Bueno, estimados/as, será hasta la próxima entrada.

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