viernes, 1 de octubre de 2010

Estimados y estimadas...

Publico otra pieza del libro que le da titulo al blog, intentando que la narrativa breve de mi producción, se esparsa sobre vuestras inquietudes literarias como una sustancia coloidal, lábil, que genere la visualizacìón de entramados ocultos...¿De qué?...por ejemplo, como en este caso, de ciertas genealogías...
¿Como sé yo lo que ocurrió hace cien años con implicancias contemporáneas?..., en fín, Jonathan Swift, el de Gulliver, que escribía ficciones, supo de la existencia de los satélites de Marte antes que se verificara su existencia.             
                                                     
                                         EL RASTRO DE NIJINSKY                     

La vez que se registró su paso por Buenos Aires, fué en la década del 10 del siglo pasado.
"¿ Tenía 22 años?..."
El individuo habla solo ante un viejísimo recorte de La Nación.
Maduro, de marcado aspecto varonil, profusos bigotes y musculos templados por el ejercicio, su imagen resulta al menos extraña enfundado en una malla de baile color carne.
Calza zapatillas de punta.
"¿Bailaba maravillosamente?...,¿Era el amante homosexual de Serge Lifar?...
¡Que carajo me importa!...
La cuestión es que podía levitar.
Venció estrictas leyes de la naturaleza como solo podía hacerlo un Iniciado Mayor.
O un Profeta.
Nadie interpretó que su mensaje era físico, como volátil.
La coregrafía, era un pretexto que el trascendía para transmitir un conocimiento velado.
El medio era la danza irreplicable, el movimiento corporal organizado que se extingue al consumarse.
Lo que busco es su rastro, dado que no existen espectadores vivos.
Estuvo en el Río Gallegos anterior a la Patagonia Rebelde y conoció a un joven suizo que prestaba dinero.
¿Como llegó hasta allí?...¿Por qué en ese lugar?...¿Cómo se vinculó con el suizo?...
Podría ser que algún integrante del poder político, haya quemado documentación sensible sobre dicho ciudadano helvético.
El individuo prosigue su soliloquio, ante otros recortes arcaicos de La Nación.
Yo sé que un elegido como Nijinsky, alguien que poseía el don de levitar, solo podía recurrir al prestamista suizo para poder comprar alimentos.
La Gracia es ajena a la lógica analógica , no posee correlato de causa-efecto, ni responde a estándares de ubicuidad socioeconómica o como queramos llamarla.
Desde esta óptica, un Mesías podía no acceder ni a un plan Jefas y Jefes...¿Como le pagó Nijinsky al suizo, de apellido semejante al nombre eslavo de un licor de ciruelas?...
¿Hubo algo más que una transacción comercial, en cuanto a lo que recibió el prestamista a modo de devolución de capital e intereses?...
Quizas una visión de su estirpe futura vinculada al poder, de una índole dinástica aunque fundada en otras bases...
Porque Nijinsky bailó solo para él, eso lo sé.
Súbitamente, el individuo deja de hablar solo en esa habitación miserable, al divisar un arma con silenciador que lo apunta desde la ventana que da al pasillo. Quien la sostiene, la acciona.
Los recortes vetustos de La Nación, se manchan con sangre...
La malla de baile del occiso, registra cuatro orificios a la altura de órganos vitales.
El sujeto que abandona el lugar del hecho guardando la pistola, luego de quitarle el silenciador, apenas mira a la encargada del inquilinato, que se haya fuertemente amarrada y amordazada.
Ya en la calle, piensa...
"¿Quien carajo sería ese Nijinsky?...
                                                             
                                                                   FIN

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