miércoles, 6 de octubre de 2010

Estimados/as.,pueden ocurrir sucesos tremendos...

en el inicio de la edad conocida como del pavo, cuya culminación siempre es imprecisa. Al igual que la guerra, puede diseminarse por causes laterales diversificandose en sus alcances, lo que hace difícil determinar cuando va a finalizar.Por cierto, no digo la de los cien años porque excede la usual expectativa de vida humana, pero muchos recordaremos la Guerra de los Treinta Años..., quizás haya edades del pavo que se le aproximen ...o que la superen...
De todos modos, la pieza de narrativa breve que publico a continuación, se haya circunscrita a un momento determinado. Disfrutenla o padezcanla, pero leanla, pertenece al libro que da titulo al blog.

                                                   EL GEL ADOLESCENTE
Teníamos trece años en 1960.
La primavera se hallaba en sus inicios, así como nuestros ocultos furores.
Un tal Billy Cafaro, cantaba Personalidad, antes del hit Piti Piti.
No era que el gordito de apellido impronunciable fuera tomado de punto, pero el haber hecho pública su atracción por una niña del primer año, división de señoritas de la misma escuela, hizo que Barraza lo convirtiera en blanco de sus cargadas.
Cargadas. Un término quizás demodeé.
Aún recuerdo el cantito que Barraza le espetaba cuando lo veía salir al recreo:
"Brylcream
La novia del gordito
Brylcream
La chica del chanchito"
Agrego, que el gordito aprendiz de caquero usaba un puño de fijador en su cabellera tirada hacia atrás, peinado que culminaba con un enrulado sobre la nuca.
El muchacho escuchaba la cancioncilla poniéndose literalmente rojo, evidenciando sin atenuantes la vergüenza que sentía.Todos reíamos ante su reacción.
El día que Barraza entonó la versión quincuagesima de la tonada, una lapicera con pluma Gótica Nro.2 engarzada en su extremo, de la materia caligrafía, impactó el ojo izquierdo del burlador con atroz puntería.
-¿Por que lo hizo, animal?, le dijo al gordito el desconcertado preceptor, en una época en  que la autoridad nunca tuteaba.
-Por que yo uso Lord Chesseline...contestó el gordito, mientras Barraza se derrumbaba emitiendo un quejido agónico que aún hoy recuerdo.

                                                 FIN


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