Cabe agregar que el susodicho, fue declarado insano luego de décadas de ponderado ejercicio profesional, en el que evidenció un criterio clínico de evaluación que parecía fundamentar con llamativa naturalidad. Esto último, con el paso de los años, llevó a sus distinguidos colegas supervisores a estimar que el Dr. Maravecchio, consideraba que todos estaban locos y él era el único cuerdo en ese universo alterado.
Por supuesto, el Dr. Maravecchio consideró que la junta médica que lo examinó y diagnosticó, no era otra cosa que un hato de orates académicos, algo que supo siempre y que ahora se lo iban a hacer pagar.
FIN
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