Cuando al pasar raudamente ante la ventana del piso catorce, vio a esa desconocida desnudándose, sintió el impacto del misterio femenino y la presencia de su carne, supo que aún estaba vivo y deseaba...
Pero ya era tarde; le quedaba poco tiempo de vertiginoso recorrido aéreo, hasta estrellarse contra el pavimento de la avenida, asfalto ajeno a toda pasión y misericordia.
Cuando el forense que intervino inspeccionó el cadáver, curiosamente, lo halló con el pene erecto.
Cuando el forense que intervino inspeccionó el cadáver, curiosamente, lo halló con el pene erecto.
FIN
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