viernes, 22 de marzo de 2013

TODO FUE TAN RÁPIDO

 Del vigésimo segundo al décimo cuarto piso, no sintió nada significativo, ni física ni mentalmente, solo el viento, el aire que se abría a su paso y la idea casi indiscernible, de hallarse integrado a los elementos etéreos.
 Cuando al pasar raudamente ante la ventana del piso catorce, vio a esa desconocida desnudándose, sintió el impacto del misterio femenino y la presencia de su carne, supo que aún estaba vivo y deseaba...
 Pero ya era tarde; le quedaba poco tiempo de vertiginoso recorrido aéreo, hasta estrellarse contra el pavimento de la avenida, asfalto ajeno a toda pasión y misericordia.
 Cuando el forense que intervino inspeccionó el cadáver, curiosamente, lo halló con el pene erecto.


                                                                         FIN

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