Cuando percibió la satisfacción del niño con la hamburguesa y los juguetitos, consideró que por más que viniera envasada, al menos en ese momento, la cajita borraba todas las sordideces de un divorcio conflictivo en el que el hijo, fue usado como rehén por las partes.
Lo peor es que Damiancito, pensó, a pesar de su corta edad, podría percibir el conflicto que lo involucraba y que quizás llegara a gravar su futuro.
Esta reflexión, no llegó a ensombrecer su agrado al ver tan contento a su hijo, hasta que reparó en la violencia desmedida con que hacía pelear a los muñequitos, como si tratara de que se hicieran añicos.
-¿Por qué se pelean así?..., le preguntó con genuina candidez.
-Porque son papá y mamá tratando de matarse..., fue la respuesta de la criatura.
FIN
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