viernes, 15 de marzo de 2013

EFECTO DE BORRAR

 -No me gusta tu cara..., le dijo con voz ronca al espejo, al ver su sonrisa sobradora, que conociéndose como se conocía, sabía que no era otra cosa que el recurso de un idiota. Agregó a sus pensamientos: un idiota carente de otros recursos para disimular su condición.
 Quizás impulsado por tal aseveración íntima, impactó su puño contra el espejo mediante un golpe neto, que provocó el estallido del cristal y la laceración de los nudillos de su diestra.
 Doblado por el dolor, intentó juntar los pedazos dispersos que refulgían en su fragmentación, tratando de hallar alguno que aún sirviera para mirarse.
 -Es el único que tengo...
 Mencionó en voz alta aunque se hallaba solo, sabiendo que aunque no la veía completa, en su rostro, debía seguir estampada la sonrisita sobradora de no sabía que.

                                                                   FIN
 

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