viernes, 4 de enero de 2013

ALMA 4

 Logré mi primer viaje astral.
 El componente etéreo de mi organismo se desprendió, abandonando su cobijo entre la conciencia programática y el acopio emotivo, para trascender hacia sus alcances infinitos; para percibir la eternidad.
 Resulta sorprendente divisar mi propio cuerpo en la unidad de terapia intensiva, yacente con su carne herida tras el siniestro vial, conectado a tubos y cables, monitoreado por aparatos y personal especializado.
 Lo observo como si fuera de otro..., pero soy yo.
 No es lo único que puedo avizorar, también la proyección cósmica de las otras almas como si fueran un universo en expansión, confluyendo hacia una luz que intentaría definir como...¿magnética?...
 Todo es de una luminosidad inefable.
 Siento que me desplazo hacia esa corriente, hacia ese fluido que integra energías dispersas y las concentra.
 Es maravilloso. Me genera una dicha radiante.
 Por eso no comprendo por qué quiero volver a reunirme con mi cuerpo, aun maltrecho.
 Y no puedo...
 No puedo regresar.


 En el pasillo sanatorial, el médico adopta una postura cautelosa-midiendo sus palabras-para comunicarle a los familiares del paciente el parte esperado con angustia.
 -Lo siento, hicimos lo que estuvo a nuestro alcance: el paciente ingresó en un coma 4.


                                                                FIN




   

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