jueves, 6 de diciembre de 2012

ASUNTOS DE MOIRAS(EN ROMA CONOCIDAS COMO PARCAS)

 Átropos, apretó su tijera con mayor fuerza que la habitual, pero solo consiguió deshilachar levemente el vellón.
 No podemos siquiera suponer su sentimiento, de existir el mismo, cuando Cloto esbozó una sonrisa, al percibir que su labor de trenzado resistía el designio. A veces ocurría.
 Láquesis, la que tira la suerte, también sonrió.
 Permeable a ese inusual júbilo, Átropos abandonó su tarea. No insistió.
 Ella también sonrió...
 En ese momento, Pedro César Rolfo, 67 años, argentino nativo, comerciante, casado en segundas nupcias con hijos de ambos matrimonios, era trasladado de la UTI a terapia intermedia, en la clínica de su obra social. Había sufrido un  infarto de miocardio.
 -Su padre se recuperará. Es un hombre de corazón fuerte, de buena fibra..., le dijo el médico al hijo mayor del paciente, en los pasillos del establecimiento sanatorial.
 El facultativo se refería a aspectos cardiológicos del enfermo, aunque el primogénito del mismo, no pudo evitar equiparar la frase a una metáfora equívoca:
 Siempre pensó a su padre como un pusilánime, que abandonó a su madre para irse con otra, cuando el era un niño que necesitaba su cercanía afectiva.Su prolongado alejamiento, le deparó lesiones emotivas que no creía que se hayan curado.

                                                                 FIN


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