miércoles, 16 de mayo de 2012

RECALCULANDO

 -Escuchar a esta mujer me tiene podrido...
 Lo dijo en voz alta, en la soledad del habitáculo, mientras el GPS le mostraba un baden y después la nada.
 La voz robótica no terminó de pronunciar el repetitivo término:
 Se interrumpió en recalcu...y un silencio, que él en fracción de segundo lo adjetivó como "espeso", se instaló en el interior del vehículo.
 Supuso una falla técnica, pero de inmediato, su vista detectó tras el parabrisas un paisaje desconocido, en el sentido más medular de la expresión.
 Un olor nauseabundo, de inquietante reminiscencia, impregnó su olfato.
 Detuvo el auto y se palpó el rostro, en pos de una súbita intuición:
 Sintió la solidez del hueso desnudo de la mandíbula; en sus manos quedaron jirones de piel y carne con atisbo de gusanos.
 Como en un fulgor, deseó con desesperación que la castiza voz robótica de la hembra, siguiera recalculando, pero ya era tarde.
 Ya las distancias se habían fundido con la eternidad, tiempo y espacio se fusionaron con lo indeterminado. No quedaba nada por recalcular.

                                                                FIN

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