sábado, 18 de diciembre de 2010

Dentro del espacio tan sensible, de lo que hoy se denomina recursos humanos...

la incompetencia puede aflorar aún en los lugares de trabajo más inpensados. La pieza de narrativa sumamente breve que sucede a este introito, nos remite a ello en un ámbito laboral, que quizás se visualiza por primera vez en la literatura argentina.Ya saben que forma parte del libro que titula el blog.
Con Vds.:

                                 HIGIENE CONFESIONAL

Curioso trabajo el de ese individuo:
Lavaba los cuerpos de los difuntos en un prestigioso cementerio judío, de acuerdo a los preceptos correspondientes.
De hecho, él era un judío practicante y la naturaleza de su labor le resultaba sagrada: cumplía a conciencia su tarea.
En plena acción laboral sintió un fuerte dolor de pecho y de brazo izquierdo; también sofocación. Alarmado, a pesar de su inquietud y sufrimiento, consiguió darse una ducha y lavarse minuciosamente.
Luego, sobreponiendose al dolor, pudo escribir desnudo en un anotador deteriorado:
"Retorno limpio a donde D-os me originó; no me laven."
Lo hizo en yidish.
Desconfiado como siempre, tuvo la suerte de que el infarto, se consumara fatalmente luego de finalizar la escritura: sus restos no irían a dar a las manos de sus compañeros de trabajo, a quienes siempre consideró inescrupulosos en su tarea.
En esta apreciación incluía a su jefe.


                                                           FIN












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