domingo, 27 de marzo de 2011

Sabemos que existen individuos que practican...

algo así como religiones personales. Algunos las extreman y se convierten en autofundamentalistas. Muchos de estos sistemas filosófico-religiosos, desaparecen junto con sus íntimos cultores.
Sras. y sres., los invito a leer la siguiente pieza de narrativa breve, muy breve, que pertenece al libro de marras(que titula el presente blog).

                                                 YO, EL PIRÓMANO

Sabe que sus pensamientos no son lo que se dice edificantes y lo disfruta:
"Incendié dos veces la Reserva Ecológica, en tres oportunidades inicié focos de incendio en los bosques de Palermo y Pereyra Iraola.
Los autos a los que les arrojé molotovs suman media docena, incluyendo alguna 4x4...
No fui descubierto.
Adoro el fuego.
Aplico la purificación ígnea y la reducción a cenizas de seres y bienes, por que la materia es la fuente emisora del mal, mientras que el fuego, vehículo de extinción del mismo. Mi arma, en este combate cósmico.
Simpatizo con la quema de libros...
Hasta con la Inquisición..., aunque recién hoy me atreveré con los humanos, mis desnaturalizados congéneres."
Siguió conduciendo su vieja pick-up carrozada, con seis bidones de combustible en el compartimiento trasero, rotulados como desinfectante.
La ciudad a la que se dirigía para realizar la acción que se había propuesto, era Dolores-Provincia de Buenos Aires.
Pero 200 km. en un día estival con temperaturas cercanas a los 35º, sin adecuada protección antiestática, culminaron en una tremenda explosión.
En una fracción de segundo, el individuo comprendió con amargura y terror su fracaso y destino inevitable:
Convertirse en una tea humana de dificultoso reconocimiento forense, dado que el también era materia y estaba tan de más como todo lo que incendiaba.

                                                                    FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario